Celebración de la Virgen del Carmen e imposición de Escapularios

En la tarde del miércoles 16 de julio, con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen, nuestra comunidad parroquial celebró con alegría y devoción la imposición del escapulario a una veintena de fieles. La ceremonia tuvo lugar durante la Misa de las 19:30 h y culminó nueve días de preparación espiritual por parte de los participantes.

Durante la homilía, el P. Juan José Baena recordó el profundo significado del escapulario del Carmen, advirtiendo que no debe entenderse como un amuleto o una fórmula mágica de salvación. “El escapulario es un sacramental, un signo visible que nos vincula a la Virgen María y que actúa en nosotros según la fe y disposición con la que lo llevemos”, explicó.

También subrayó que al vestir el escapulario renovamos nuestro compromiso bautismal y nos encomendamos a la intercesión maternal de la Virgen. “Ella nos ayuda a ordenar nuestra vida conforme a la voluntad de Dios y nos inspira a vivir con un corazón más disponible al amor, la oración y el servicio”, añadió.

La devoción a la Virgen del Carmen y el valor del escapulario

La Virgen del Carmen es una de las advocaciones marianas más queridas por los fieles católicos. Su fiesta, el 16 de julio, conmemora la aparición de la Virgen a San Simón Stock, general de la Orden del Carmen, a quien entregó el escapulario como signo de protección espiritual. Desde entonces, millones de cristianos en todo el mundo lo han recibido con fe como expresión de consagración a María y como compromiso de vida cristiana.

El escapulario representa la pertenencia a la familia del Carmelo, el deseo de imitar las virtudes de María y la esperanza en su ayuda maternal. Usarlo con devoción implica vivir en gracia, rezar con frecuencia —especialmente el rosario— y cultivar una vida de fe, humildad y caridad.

La Virgen nos acompaña en el camino

Esta tradición se impulsa en nuestra parroquia gracias al grupo Miriam, que promueve durante todo el año, de modos diversos, la espiritualidad mariana. Entre estos momentos destaca el encuentro mensual cada primer sábado, a las 9 h, que incluye el rezo del santo rosario y la celebración de la Eucaristía en comunidad. Es una oportunidad para encontrarnos con María, modelo de santidad, y fortalecer nuestra relación con Dios a través de su ejemplo y cercanía.

La imposición del escapulario en esta fiesta tan especial fue un momento de renovación espiritual y comunión fraterna. Que la Virgen María continúe guiando a nuestra comunidad por el camino del Evangelio, con su ternura y su fidelidad de Madre.

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