Finaliza el campamento diocesano: ¡Milele! Donde la esperanza no se pierde

Después de ocho días llenos de diversión, descanso, oración, dinámicas, juegos, catequesis y múltiples momentos para crecer en la amistad con Dios y con los demás, los niños de nuestra Parroquia —junto con otros de la Diócesis— han finalizado el campamento de este año, que tuvo como lema: «¡Milele!, la Esperanza que nunca defrauda»

El último día fue el broche de oro del campamento. La jornada comenzó con la celebración de la Eucaristía presidida por nuestro obispo, don Antonio, y acompañados también por las familias de los niños. En su homilía, don Antonio animó a los más pequeños a ser valientes y a continuar viviendo cada día lo que han experimentado durante el campamento. Tomando como referencia la temática que ha guiado estos días, recordó que la Esperanza de Cristo es la que da plenitud a nuestras vidas.

Tras la Misa, niños y padres participaron en diversos juegos familiares, que concluyeron con una comida compartida y una emotiva clausura. Representaciones, cantos y un vídeo resumen permitieron revivir algunos de los momentos más especiales del campamento, dejando claro que la experiencia quedará grabada en el corazón de todos los participantes.

Damos gracias al Señor, porque con Él en medio nosotros, el campamento ha sido distinto. Dios no es un aguafiestas: donde está el Señor, hay alegría verdadera. Vivir estos días con Él y aprender más de su amor ha dado a nuestro tiempo libre un contenido y un sentido que lo hacen aún más valioso.

Estamos convencidos de que las semillas sembradas durante esta experiencia darán muchos frutos. Confiamos en que el campamento será una ayuda para vivir bien lo que queda del verano y un impulso para comenzar con entusiasmo el próximo curso pastoral, siempre deseando seguir unidos a Cristo y a su Iglesia.

Una frase resonó con fuerza en el día de clausura: «¡El año que viene quiero volver!». Esta expresión, repetida con entusiasmo por muchos niños, ha sido una gran alegría para el equipo de monitores —compuesto en gran parte por jóvenes de nuestra Parroquia— que ha dedicado estos días al servicio del Señor y de los pequeños. A todos ellos, nuestro agradecimiento más sincero. Que el Señor les recompense por su entrega y generosidad.

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