Este pasado 29 de Junio en el marco de la octava de la Solemnidad del Corpus Christi, nuestra parroquia de Santo Tomás de Villanueva volvió a celebrar una de sus tradiciones más esperadas: la procesión eucarística por las calles del barrio, uno de los más alejados del centro de la ciudad.
Como ya es costumbre, la jornada comenzó con la elaboración de una monumental alfombra de serrín en honor al Santísimo Sacramento. Este año, el diseño estuvo inspirado en la festividad de San Pedro y San Pablo, coincidente con la fecha. Entre los motivos representados destacaban el escudo del Papa, las columnas, los olivos, y los símbolos propios de los santos apóstoles, junto con el logo del Jubileo, que no podía faltar en este año jubilar.
Tras la celebración de la Santa Misa, el Santísimo Sacramento recorrió las principales calles del barrio. A lo largo del recorrido, el Señor fue adorado en tres altares instalados por las distintas áreas pastorales de la parroquia, decorados con símbolos que representan su carisma y misión específica.
La celebración tuvo también un tono de agradecimiento y despedida, ya que fue el momento elegido por la comunidad parroquial para dar gracias a Dios por el ministerio de los sacerdotes Luis Eleazar Mérida y Desiré Bongo, vicario parroquial y adscrito respectivamente, quienes a partir del próximo curso pastoral servirán en otras diócesis. Ambos sacerdotes expresaron también su gratitud a la comunidad y al Señor por los años compartidos en la parroquia.
La jornada concluyó con una comida fraterna, ocasión propicia para compartir recuerdos, palabras de agradecimiento y despedidas cercanas.
Uno de los voluntarios que participó en la elaboración de la alfombra compartió su testimonio:
“Es un privilegio poder vivir dos veces la celebración del Corpus Christi y una ocasión para que nuestro barrio vea a la parroquia junto con el Señor en la calle, mostrando todo su amor. Para mí ha sido un honor y una alegría poder ayudar desde las seis de la mañana, junto a otros hermanos, a colocar esta alfombra de serrín para que Jesús pase sobre ella. Él se lo merece todo. Así lo sentimos y así esperamos que lo sientan los que lo vean”
Así, una vez más, nuestra parroquia hizo visible su fe en la Eucaristía y su compromiso con la vida comunitaria, en una celebración marcada por la belleza, la gratitud y la presencia de Cristo en medio del barrio.