Celebración de acogida y bendición de los niños que comienzan la primera etapa de catequesis de Iniciación Cristiana
Dieciséis niños inician su camino de fe en nuestra comunidad parroquial
El pasado domingo 9 de noviembre, la comunidad parroquial vivió una jornada llena de alegría y esperanza con la celebración de acogida y bendición de los dieciséis niños que comienzan este año su primera etapa de Iniciación Cristiana.
Durante la Eucaristía, tras la homilía, los niños y sus padres realizaron una procesión hasta la pila bautismal, lugar donde nació su vida cristiana. Allí, hace seis años, sus familias prometieron continuar este proceso de fe que comenzó con el bautismo y culminará con los sacramentos de la Confirmación y la Eucaristía.
En un gesto lleno de significado, los catequistas entregaron a cada niño una vela encendida del cirio pascual, símbolo de la fe en Cristo resucitado que se transmite de generación en generación, tanto en la familia como en la comunidad.
Ante el sacerdote, cada niño expresó su “sí” a Dios, respondiendo con sencillez y alegría a la llamada del Señor para seguir la luz de Cristo a través del camino de la catequesis.
La celebración continuó con una bendición especial para los niños, sus catequistas y familias, mientras la asamblea los acogía con oración y un fuerte aplauso que reflejaba el cariño de toda la comunidad.
Una vez más, esta celebración fue ocasión para hacer hincapié en que la catequesis no es una actividad extraescolar, sino un auténtico proceso de crecimiento en la fe, acompañado por catequistas con una vocación especial que los guían en nombre de toda la comunidad. “Estos niños, además de ser hijos de sus familias, son también hijos de nuestra parroquia”, destacó el párroco en su homilía.
Este primer año de catequesis, centrado en el anuncio del amor de Dios, seguirá el ritmo del año litúrgico y servirá como preparación para la segunda etapa, en la que los niños darán pasos que marcarán etapas de progreso en el camino de culminación de la Iniciación cristiana al estilo del catecumenado de los adultos.
La comunidad encomendó a los nuevos catequizados, junto con sus catequistas y familias, a la protección del Señor, de la Santísima Virgen María y de Santo Tomás de Villanueva, pidiendo por ellos en esta nueva etapa de su camino cristiano.